Octubre, otoño en Europa. ¿Una semana de vacaciones en un país de clima cálido y luminoso? ¿En un lugar distinto de lo habitual? ¿Con playas mojadas por agua caliente? ¿Con montañas y valles al lado de ondulados desiertos? ¿Poder degustar variados manjares? ¿Y que además sea tranquilo y seguro? Pues en este momento sólo se me ocurre Omán, el discreto y tranquilo centinela.