[India 2013] Fundación Vicente Ferrer

Y hoy llegué al paraíso, la Fundación Vicente Ferrer...

Antes tuve que viajar de nuevo en tren desde Secunderabad, adonde había llegado desde la tristemente famosa Allahabad. En Secunderabad se hacía necesario cambiar de estación, para lo que recurrí a los siempre útiles y versátiles rickshaws. Circulan a toda velocidad por la ciudad escurriéndose entre los milimétricos huecos de los demás vehículos.

Una vez llegado de madrugada a la estación de trenes de Anantapur y solicitarle a un aun dormido conductor de rickshaw que me lleve a la "Ferrer Office", aparece en medio de toda la inmundicia de la India, este remanso de paz.

Toda su labor se extiende por una región entera, que comprende miles de pueblos y millones de personas. Donde yo llego y me alojo es en el núcleo de la fundación, donde aparte de sus oficinas y estancias, uno dispone de un sencillo, limpísimo y cómodo bungalow. Alrededor hay otras zonas, con cantina incluida donde dan de comer muy bien y variado. Está todo cuidado, bien hecho, muy digno. No parece India.

Después de desayunar copiosamente y hablar con la gente de fundación, procedo junto con otros visitantes a un tour que nos llevará por talleres, escuelas y hospitales, para terminar al pie de la tumba de Vicente, fallecido hace tres años. Todo lo contemplamos es una exhibición de buen hacer, de dignidad. Está todo impecable y los niños y personas partícipes así nos lo reconocen con unas sinceras muestras de cariño y gratitud. Es aquí ahora donde uno ve seres humanos, con caras expresivas y relucientes, felices, y no toda esa otra manada de animalillos sin domesticar que se han quedado aun fuera de juego.